¿Por qué deberías bautizar su bebé?

El bautismo de infantes se practica desde tiempos apostólicos. Los infantes necesitan ser bautizados porque a través de este Sacramento son liberados del Pecado Original y son acogidos en la comunidad de la Iglesia, donde tienen acceso a la plenitud de los medios de salvación.

Sus padres, padrinos y la comunidad parroquial se comprometen a su formación permanente en la fe y el conocimiento de la tradición de la Iglesia. El mejor regalo que los padres pueden dar a sus hijos es una vida en la Iglesia. “La Iglesia y los padres negarían a un niño la gracia inestimable de convertirse en hijo de Dios si no le confirieran el Bautismo poco después del nacimiento (CIC, no. 1250; cf. Código de Derecho Canónico [Codex Iuris Canonici; CIC], can. . 867). Sin embargo, la Iglesia también enseña que el Bautismo de un infante puede posponerse si no hay una “esperanza fundada” de que el niño será educado en la fe católica (CIC, can. 868 §2). Están los niños, nacidos y no nacidos, que mueren sin el bautismo. La Iglesia los encomienda a la misericordia de Dios, que quiere que todos los hombres se salven. Recordamos la tierna acogida de Cristo a los niños diciendo: “Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis” (Mc 10,14). Por eso la Iglesia espera confiadamente la salvación de los niños que mueren sin el Bautismo.